No obstante, el repentino cambio de costumbres en lo que respecta al modelo familiar ha dado paso a una serie de prejuicios que es necesario desmentir para evitar que la intolerancia a estos nuevos patrones alcance la magnitud de problemas como el racismo o la violencia de género.
Hablo de esas familias compuestas , por ejemplo, por una madre o padre soltero con hijo(s) , parejas homosexuales, o sin ir más lejos, las que se mantienen con el sueldo de la mujer mientras el padre se ocupa de los hijos y las tareas del hogar. La gran mayoría de la sociedad está abierta a la innovación , por ejemplo, en el ámbito científico ( nuevas técnicas y tecnologías ) y económico ( sistemas de ahorro y eficiencia) , pero es menos propensa a aceptar los nuevos modelos familiares mencionados anteriormente. ¿Qué explicación puede tener este fenómeno social?
Por una parte, consiste básicamente en los valores más bien tradicionalistas que se transmiten de generación en generación. De hecho, en este ámbito tiene todavía mucho impacto la opinión de la iglesia, pero ¿acaso no nos inculca la religión la importancia de mantener nuestra paz y felicidad interior? Para ello, y según lo que propone la teoría filosófica de Nietzsche , los valores deben sufrir un cambio ( transmutación ) para que sea posible aprender a aceptar nuestra parte irracional ( dionisíaca) , tener en cuenta lo que ésta nos dicta e intentar cumplirlo si no recaen sobre los demás las consecuencias de nuestra acción, que no siempre son malas. En otras palabras, si nuestro deseo es formar una familia sin casarnos, con una pareja del mismo sexo o bien con alguien veinte años mayor, ¡adelante! Reprimirlo por ser algo que está mal visto por la sociedad nos hará más infelices que soportar la suspicacia de los de nuestro alrededor.
Por otra parte, la falta de conocimientos es lo que nos lleva a crear prejuicios e ideas falsas que cada vez se propagan más rápidamente gracias (o por culpa) de las telecomunicaciones. Por ejemplo, uno de los dogmas más extendidos en la sociedad es que a los hijos de parejas homosexuales les influye la orientación sexual de sus padres a la hora de desarrollar la suya propia, y que también les genera otros traumas psicológicos, afirmación totalmente equivocada. De hecho, según varias investigaciones realizadas desde los años 60, lejos de afectar a su desarrollo, los hijos de la parejas homosexuales son más abiertos, tolerantes y respetuosos en todos los ámbitos, ya que saben desde pequeños lo que es ser diferente en la sociedad actual. Además , también está demostrado que los padres y madres gays les dedican más tiempo a sus hijos, dado que por lo general ambos sienten una gran responsabilidad de desarrollar la relación de afecto con ellos. Asimismo, en cuanto a las familias formadas por una madre o un padre soltero , se considera que carecen de suficientes recursos económicos para la manutención del hijo y que se le dedica menos tiempo que en las familias tradicionales. Exceptuando algunos casos, me atrevería a decir que, como humanos medianamente racionales que somos, ningún hombre o mujer se plantearía tener un hijo de soltero sin antes haber analizado las posibilidades económicas y personales de cara a formar una familia estable que garantice el correcto desarrollo del retoño.
En conclusión, es patente que la declaración de los derechos humanos, así como la puesta en práctica de nuevas propuestas sociales, ha abierto puertas para la creación de nuevos patrones familiares , lo que constituye la base para formar una sociedad más heterogénea . Sin embargo, para finalizar este proceso, nos tenemos que hacer a la idea de que nuestra voluntad no debe ser guiada por la opinión de las masas, del mismo modo que la elección del camino que nos hará felices no es decisión de los dogmas y prejuicios de los que nos rodean.



